Breve reflexión encontrada en una maceta de corredor




Hola, soy una hoja. Posiblemente no me conozcas o hayas escuchado mi nombre. No te preocupes, no eres el único. Estoy acostumbrada ser relegada, la segunda, la de atrás. Olvidada. Siempre a la sombra de la flor que brilla sobre mi cabeza. Incluso las espinas -hermanas que crecen en el mismo tallo que yo- suelen lastimarme y rasgarme, cuidándola a ella. Mi vida depende de su perfección, incluso cuando nadie me dijo que esto fuera así. Nací para servirla, no tengo otro propósito ni razón de ser. Solo ser la esclava de la princesa, esa que me roba lo poco que puedo obtener de la tierra, o se bebe el rocío que caen como lágrimas en mi cuerpo. Y mientras ella crece, a mí me consumen las plagas que constantemente tratan de alcanzarla. Ese es mi trabajo, es mi misión. Ser la sombra que tímidamente crece a la sombra de la belleza y considerarme dichosa por casi tocar a una diosa.

Eso es una hoja, por si no lo sabías. Somos aquellas que mueren, para que otras florezcan.

Comentarios

Publicar un comentario