Tragicomedia tornasol
La brisa lavó el polvo que se acumula bajo ocho cajones llenos de risas y llantos. Llenos de sueños, cojines y un atardecer moribundo, con el sol quemando las primeras estrellas, donde tus labios me dijeron por primera vez te amo.
El viento se llevó aquel collar que te di. Símbolo de un sentimiento imperfecto, herido y risueño, con miedo y esperanza en el mañana. Llego y se fue, así como se fueron los brazos donde recargue mi conciencia, mis debilidades y mi tristeza.
La noche intenta consolarme, dándome un beso. Me refugio en su regazo, esperando que me lleve allá donde estás, donde te perdí. Donde perdí la vida.
El sueño me consume. Porque solo ahí puedo volver a verte, olerte, tocarte, amarte. Amarte en mi soledad, con mi frialdad, cantándote al oído, como lo solía hacer, cuando estábamos los dos, uno contra el mundo, el tiempo y la triste decadencia tornasol que era tenerte y saber que en cualquier momento ya no estuvieras ahí.
El viento se llevó aquel collar que te di. Símbolo de un sentimiento imperfecto, herido y risueño, con miedo y esperanza en el mañana. Llego y se fue, así como se fueron los brazos donde recargue mi conciencia, mis debilidades y mi tristeza.
La noche intenta consolarme, dándome un beso. Me refugio en su regazo, esperando que me lleve allá donde estás, donde te perdí. Donde perdí la vida.
El sueño me consume. Porque solo ahí puedo volver a verte, olerte, tocarte, amarte. Amarte en mi soledad, con mi frialdad, cantándote al oído, como lo solía hacer, cuando estábamos los dos, uno contra el mundo, el tiempo y la triste decadencia tornasol que era tenerte y saber que en cualquier momento ya no estuvieras ahí.
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