A todas aquellas que amé y amaré

Amo lo que eres. No lo que fuiste o lo que serás. Aquello que fuiste no lo conocí y lo que serás puede que no lo conozca.

Amo tu imperfección. En ella radica el sufrimiento, las cicatrices y las memorias, todo aquello que hoy te hace un ser de infinita belleza.

Amo tus días de dolor de bajo vientre, con helado de queso y llanto. Eres humana, sangras y vives, a pesar de todo, a pesar de todos.

Amo tu independencia. No te quiero dócil, un objeto del cual pueda disponer a mi antojo. Porque asi como yo lo hago, eres libre de elegirme cada día o abandonarme cuando te plazca.

Amo que puedas bajarte las estrellas sola. Confió en ti, tengo la certeza de que alcanzarás todo aquello que te propongas. Y si no quieres nada, nada será. Ya que no siempre hay algo que lograr.

Te amo así, en el desierto y la decadencia, en los días de lluvia y los meses de verano, durante los años de carencias y esas pequeñas ventanas de paraíso. Y puede que me aleje y no te lo demuestre, pero trataré de estar ahí, aun cuando sienta que me falta el aire. Soy el que te besa los pies descalzos, en las madrugadas, cuando andes de malas y cuando te odias a ti misma. Y ahí estará mi pecho para que duermas, para que llores, para que grites y para que te refugies cuando no puedas más. Y haré lo imposible por hacerte reír, te cantaré borracho, te haré el amor sin quitarte la ropa y me comeré tu piel desnuda a besos. Escribiré cuentos solo para ti, donde el vicio se haga incierto, la soledad amante y el cielo se pueda guardar en un tazón. Y juro que te amaré aún más cuando me maldigas, sacando conmigo todo aquello que quieras gritarle al mundo. Con el corazón en la mano, dando todo, con la esperanza de que me des todo. Porque al final, soy ese pobre diablo que te amó como nadie y te amará como ninguno.


Comentarios

Publicar un comentario